Esto significa que el PIB y las nuevas necesidades de petróleo crecerán al mismo ritmo, un pequeño paso atrás en la mejora de la eficiencia energética.
cuando la economía vuelva a su senda de crecimiento, sufriremos «un cuello de botella mayor que el experimentado recientemente», con la consiguiente presión al alza de los precios en el medio y el largo plazo, pronosticó Brufau.